18 setiembre 2006

Luz en la oscuridad

Científicos de Estados Unidos y el Reino Unido descubrieron que el nivel del aminoácido N-acetilaspartato (NAA) en la región talámica del cerebro es más bajo en las personas que sufren de esquizofrenia.
Raymond Deichen de la Universidad de California y Antony Browne de la Universidad de Surrey, llegaron a esa conclusión utilizando un programa de computación diseñado para estudiar cómo trabaja la mente humana.
La técnica informática desarrollada permitió analizar imágenes de resonancia magnética midiendo una serie de puntos en el tálamo de 18 personas, la mitad de las cuales había sido diagnosticada con este cuadro psiquiátrico.
En todos estos casos, encontró diferencias en el núcleo medio dorsal derecho y el pulvinar del tálamo.
El programa reproduce una red neuronal artificial que procesa la información "aprendiendo" a reconocer los patrones que presenta una gran cantidad de información, un mecanismo similar al de las neuronas en el cerebro.
En un artículo que publica el semanario NewScientist, Browne, expresó que los diagnósticos de esquizofrenia que hizo la computadora fueron 100% exactos.
Difícil enfermedad
Pero según el catedrático Andrés Heerlein, ex presidente de la Sociedad de Neurología y Psiquiatría de Chile, es difícil establecer el diagnóstico de la esquizofrenia con certeza.
Se trata de un cuadro psiquiátrico grave que produce alteraciones del curso formal del pensamiento, del juicio, de la percepción de la realidad y de la afectividad.
Existen fundadas evidencias -explica Heerlein- de que en la etiología de la enfermedad concurren tanto factores genéticos, bioquímicos y neurobiológicos así como factores psicosociales que favorecen el desencadenamiento de las primeras crisis.
En la causa de la esquizofrenia concurren factores genéticos, bioquímicos y neurobiológicos, pero también factores psicosociales que favorecen el desencadenamiento de las primeras crisis.
Dr. Andrés HeerleinDesde la década del 90 se ha venido investigando la corteza prefrontal del cerebro y diversos núcleos del tálamo en su conexión con las enfermedades mentales, pero los resultados hasta ahora no han logrado consenso.
Desde un punto de vista funcional, el tálamo puede verse como un centro de relevo que se encarga de hacer fluir la información perceptual de los cinco sentidos, la que luego pasa a las zonas de asociación e integración del cerebro.
Pero hay otras regiones cerebrales que serían igualmente relevantes y los investigadores las han relacionado también con la esquizofrenia.
¿Puerta abierta al tratamiento?
Si, según esta investigación, el bajo nivel de N-acetilaspartato sirve para la diagnosis de la esquizofrenia, ¿podría utilizarse también para su tratamiento y cura?
"La verdad es que ése es un paso mucho más complejo", responde a BBC Ciencia el doctor Heerlein.
Lo que se está buscando son marcadores biológicos que permitan darle mayor confiabilidad al diagnóstico para luego pasar a la fase de tratamiento
Dr. Andrés Heerlein"Pero por lo menos lo que se está buscando son marcadores biológicos que permitan darle mayor confiabilidad al diagnóstico para luego pasar a la fase de tratamiento", agrega.
Todos estos estudios son como unas pequeñas luces en una oscuridad muy grande.
A presentar su trabajo en una conferencia sobre inteligencia computacional en Vancouver, Canadá, Deicken y Browne indicaron que piensan expandir su trabajo en más pacientes y otras regiones del cerebro.
En tal sentido anticiparon que esperan utilizar la técnica para estudiar qué es lo que ocurre con otros problemas como la depresión y el desorden bipolar.

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